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Chile: Grafiteros destrozan de forma irreversible unas pinturas de valor incalculable


Los dibujos precolombinos, que datan aproximadamante del año 600, están en las paredes de las Cuevas de Anzota, al sur de Arica.



La indignación recorrió las redes sociales cuando el músico chileno Felipe Sandoval subió a su cuenta de Twitter imágenes de las pinturas rupestres de las Cuevas de Anzota, en Arica, dañadas por grafitis. El artista lo consideró "un daño irreparable" al patrimonio de Chile. "¿Hasta cuándo?", se preguntó.
Estas obras pertenecen a la cultura Tiwanaku que se extendió por Bolivia, Perú, el noroeste de Argentina y el norte de Chile. Puntualmente las obras dañadas se estima que datan del año 600 d.C
"Llama la atención que no exista vigilancia. Se nota que durante la noche esto queda vacío", declaró Sandoval a La Última Noticia (LUN). "El problema es que estas pinturas son de valor incalculable y fueron vandalizadas", enfatizó.
Tal como informó el portal El Dínamo la zona había sido renovada en 2016 mediante la construcción de un paseo costero que ejecutó el Ministerio de Obras Públicas con un fondo de 1.663 millones de pesos (2.760.000 dólares) del Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas.
Sin embargo, eso no implicó mejoras en relación a las Cuevas. Aunque están protegidas por ley, debido a que son un bien arqueológico, no tienen la calificación de Monumento Nacional.

No se pueden restaurar

La arqueóloga y académica Marcela Sepúlveda, de la Universidad de Tarapacá, aseguró a LUN que "no se puede revertir el daño que se hizo". Según la experta resulta "imposible estudiarlo y protegerlo" ya que no existe "medida de restauración posible". "El daño es irreparable", sentenció.
Para más detalles Sepúlveda explicó que las pinturas "se hicieron con materiales minerales que con suerte se conservaron en el tiempo". Se trata de óxido de fierro o tierras de colores mezclados con agua, "por lo que se saldrá si se pasa un trapo con agua".
Por su parte, la presidenta de los guías turísticos de Arica, Jessica Rosas, declaró citada por BioBio que "no hay ni un guardia para resguardar el sendero y las cuevas" y "no existe nadie que controle la entrada y salida de las personas". En ese sentido recordó que la última vez que vio "sin daños" las pictografías "era chica". "Por eso no muestro las pinturas que están más ocultas, porque si lo hago llegará alguien a rayarlas", concluyó.

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